¿Las áreas vedes serán un recuerdo?
La
disminución progresiva de áreas verde contribuyó a aumentar en 2
grados la temperatura en Ñuñoa, la comuna hoy es la segunda con
más alta isla de calor (ICU) en la Región Metropolitana. La ICU es
una medición del clima que compara la temperatura de la zona urbana
con la rural más cercana.
Esta es
la conclusión del estudio “Isla de Calor Urbana en la Superficie
de la Región Metropolitana” realizado por el investigador de la
Universidad de Chile, Pablo Sarricolea y de la Universidad de
Barcelona, Javier Martín-Videcoincida . Además, concuerda con el análisis del “Plan Maestro de Arborización de la Comuna de Ñuñoa”
encargado por el propio municipio el 2012 a Osvaldo Malfanti,
documento al que accedimos acudiendo de amparo al Consejo de
Transparencia.
“Las
superficies duras y acristaladas de las edificaciones reflejan la
radiación solar devolviéndola a la atmósfera en forma de energía,
al contrario, la vegetación absorbe esta energía y usa el 80% para
su subsistencia”, señala el estudio de Malfanti.
La
investigación de Malfanti establece que el explosivo crecimiento
inmobiliario ha disminuido la superficie arbórea privada y se requiere un urgente aumento de las plantaciones públicas lo que no
se ha realizado.
Este
deterioro arbóreo se aprecia en el mapa que creamos usando Google
earth para comparar las zonas verdes del 2008 con las del 2015.
Actualmente, la comuna cuenta
con 6,5 metros cuadrados de áreas verdes versus los 9 metros
recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
La
pérdida de la vegetación también arrastró la desaparición de
ecosistemas urbanos que estuvieron presentes en las antiguas casonas
demolidas, especialmente crítica es la situación de las aves que
bajan al valle para anidar.
Esta
reposición ha sido baja, la municipalidad el 2011 plantó 100 árboles, el 2012 sumaron 425,
todos donados por Conaf y para el 2013 no hay cifras específicas.
El
2013, en el marco del programa de gobierno “Un chileno, un árbol”,
la CONAF entregó 1000 árboles al Municipio de Ñuñoa, pero no
fiscalizó su destino (aunque por ley debió realizarlo) y la
entidad comunal tampoco especifica donde fueron ubicados, en su
estadística señala textual “en distintos puntos de la comuna”.
Al contrario, entrega el nombre de calles y lugares donde se plantaron durante los años 2011 y 2012
La pérdida de vegetación afecta directamente el
bienestar humano porque las áreas verdes conllevan
ahorro en energía para enfriar las viviendas en el verano,
ya que actúan como aislante térmico, además, beneficia
la salud, especialmente de niños y adultos mayores, al eliminar el
ozono, polvo, azufre y dióxido de carbón, disminuyen el estrés y el ruido en 50%. En
resumen es una inversión social. Destacando que la absorción de
dióxido de carbono disminuye los efectos del cambio climático.
El
cambio climático se vivencia cuando caminamos por las calles de Ñuñoa y a diferencia de lo que sucedía hace 15 años ahora sentimos más calor, los intensos
rayos UV producen ardor en la piel, nuestros
pulmones tienen más ozono, polvo, dióxido de carbono. Esperemos
que las áreas verdes, al igual que ya pasó con la arquitectura, no
tengan sus días contados
Áreas verdes Ñuñoa, 2008
Áreas verdes Ñuñoa, 2015
La densidad de la flora está representada por la intensidad del color verde, a medida que se pierde la vegetación se degrada hasta el blanco.
Documentos descargables:
Isla de Calor Urbana en la Superficie de la Región Metropolitana, Pablo Sarricolea (Departamento de Geografía, Universidad de Chile) y Javier Martín-Videcoincida (Grupo climatología, Universidad de Barcelona)
Plan maestro de arborización de la comuna de Ñuñoa. Osvaldo Malfanti (entregado incompleto por la Municipalidad de Ñuñoa
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