12/11/2014

Gentrificación en Ñuñoa

Al transitar por la avenida Irarrázaval surge la pregunta sobre cuál fue el destino de quienes habitaron las antiguas residencias donde hoy hay un edificio en altura, ¿el precio de venta les habrá permitido continuar en esta zona? ¿Cuál es el margen de ganancia de la inmobiliaria que compró ese terreno?.

     El concepto de gentrificación aborda estas preguntas al estudiar el modelo de producción urbana que se apropia de espacios bien dotados en infraestructura, pero con baja inversión pública y privada, en el cual el precio de venta del terreno dificulta al antiguo propietario relocalizarse en la misma zona.

  Entre los años 2000 y 2012, las utilidades de las inmobiliarias en las zonas de renovación urbana crecieron sostenidamente a un 104  % por unidad de terreno construido. Sin embargo, los propietarios del suelo que residían en estas zonas y que vendieron a las empresas inmobiliarias recibieron rentas bastante menores que no variaron más de un 5 %.

     El estudio “Indicadores generales del proceso de gentrificación en Santiago de Chile” consideró como uno de los casos la situación de la avenida Irarrázaval en Ñuñoa. De las zonas estudiadas (Recoleta, Macul y Santa Isabel) Ñuñoa es la que presentó los terrenos con mejor precio, con valores de 16 UF el metro cuadrado, un precio sostenido entre desde 2000 al 2012. Una zona donde empresas inmobiliarias compran suelo a mayor precio, pero así mismo revalorizan las nuevas edificaciones en altura con precios de vivienda mayores al resto las comunas estudiadas.

     La investigación señala que en Irarrázaval Poniente el 58 % de los residentes es potencialmente relocalizable porque la superficie del terreno vendido contribuye a la opción de comprar en la misma zona de renovación urbana.


    

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