Población de Suboficiales


    De gran valor arquitectónico e histórico, este sector, diseñado y construido por el arquitecto Luciano Kulczewski en el año 1926, se conformó en la primera zona típica de la comuna de Ñuñoa. Ubicada entre las avenidas Antonio Varas y Manuel Montt y las calles Leopoldo Urrutia y Sargento Navarrete, esta población comienzó a ser construida en agosto de 1926 por la firma de ingenieros Beaumont y Díaz Ltda. Destinada a la población militar de la Escuela de Aplicación de Caballería, el Regimiento Dragones, Tren y Comunicaciones y la Escuela de Carabineros, fue enmarcada y elaborada por el arquitecto Luciano Kulczewski como una acción ciudadana. El anhelo de Kulczewski por lograr formas de vida más dignas para el chileno se vio reflejado en el paulatino abandono del ejercicio privado de su profesión, acercándose a los proyectos de viviendas sociales. Inscrita como ‘Población para Suboficiales de la Escuela de Aplicación de Caballería’ en los planos de Alcantarillado de 1927, la obra será terminada en 1928
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    Inicialmente las calles del barrio eran de asfalto y Manuel Montt e Irarrázaval eran de adoquines. Por otro lado, Pedro Montt y Antonio Varas eran de tierra. En general, el sector estaba conformado por chacras, huertos y algunos potreros; en Antonio Varas se destacaba la fábrica de hielo en barras que también vendía leña y carbón, el reparto a las casa se hacía en carretelas. Al costado sur de la población pasaba el canal San Miguel; de cauce abierto, generaba un lugar de juegos y de grans peligros para los niños de aquellos años. En el sector de Irarrázaval se levantaron grandes casas cuyos propietarios eran conocidas familias de la ciudad: el señor Teodoro Schmidt, presidente del Banco Central; a su lado, la familia Galdámez, dueños de Almacenes París. A su vez, esta vía de adoquines tenía amplia circulación de carros, tranvías y góndolas. 

    La población se conforma de una comunidad de 113 casas construidas en estilo art déco, con un armonía de conjunto. No obstante, cada casa conserva su individualidad puesto que ninguna es igual a la otra. Estas diferencias se ven expresadas en los detalles y ornamentos que hacen que la vida en cada una de ellas tenga un toque de belleza particular. 

    Con estructura de albañilería reforzada, los muros de las casas son de ladrillos ‘botados’ con cadenas de hormigón armado. Sobre éstos, estuco con un diseño en relieve compuesto por cemento y áridos. De este modo, Kulczewski ornamentó puertas y ventanas, utilizando un amplio espectro de estilos, desde el neo gótico al art nouveau. Sin embargo, esto no debe entenderse como un refrito de estilos sino más bien la creación de uno nuevo e inconfundible, lleno de detalles y preocupación. Las gárgolas, las rejas en forma de telaraña, las complicadas cerrajerías, los arcos de medio punto y las formas caprichosas develan a un artista con gran sentido del humor y espíritu lúdico, que le imprimió a sus casas y edificios un sello personal que las hace fácilmente reconocibles en la actualidad.
Población de marcada vida familiar, los padres trabajaban en las cercanías, en los regimientos o en las escuelas de Caballería o de Carabineros. Cumpliendo diversas labores, los de caballería en ocasiones llegaban a sus casas con sus caballos, amarrándolos afuera mientras almorzaban. Las señoras, por su parte, preparaban las comidas en cocinas a leña durante los primeros años de la población. Los niños iban a las mismas escuelas y jugaban juntos mientras sus padres, en verano, se sentaban en las veredas a verlos: cuidaban a los niños y sus puertas siempre estaban abiertas. El barrio se convirtió así en el marco para que estas familias se relacionaran y mantuvieran un estilo de vida comunitario.
Actualmente las calles del barrio son de alto tráfico en relación a sus dimensiones y son ocupadas principalmente como estacionamiento para el comercio de Antonio Varas, Manuel Montt e Irarrázaval. Las veredas son más angostas dado que las soleras están destruidas o ya no existen; y las áreas verdes escasean ya que los acacias originales se han ido reemplazando por plátanos orientales. La mayoría de las casas del conjunto siguen siendo destinadas a vivienda, destacándose en ellas la alta presencia de artistas. No es de extrañar el número importante de familias relacionadas al mundo de la cultura, en especial de la música, ya que muchos de los fundadores de la población conformaban el orfeón de suboficiales.
 
Expediente Zona Típica.
Autora de la reseña: María José Estay,
alumna en práctica del Consejo de Monumentos Nacionales, marzo del 2010
 
 
 Video Grupo Cultural Mapocho 
 
 
 
 

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